Realidades aumentadas y la expansión de la interactividad humana
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Realidades aumentadas y la expansión de la interactividad humana

Durante los dos días de la Conferencia Internacional de ?Humanidad Aumentada? de Megève, Francia, y la feria tecnológica que la acompañó se presentaron numerosos gadgets y programas que aumentaban de diferentes formas las capacidades humanas: exoesqueletos con fines militares, terapéuticos o deportivos; ordenadores que se pueden llevar como ropa; objetos cotidianos que analizan nuestras constantes -latidos de corazón, respiración, tensión arterial?- con diferentes fines; y, por supuesto, multitud de programas que nos permiten ver más allá de lo ?real?.

Durante los dos días de la Conferencia Internacional de “Humanidad Aumentada” de Megève, Francia, y la feria tecnológica que la acompañó se presentaron numerosos gadgets y programas que aumentaban de diferentes formas las capacidades humanas: exoesqueletos con fines militares, terapéuticos o deportivos; ordenadores que se pueden llevar como ropa; objetos cotidianos que analizan nuestras constantes -latidos de corazón, respiración, tensión arterial…- con diferentes fines; y, por supuesto, multitud de programas que nos permiten ver más allá de lo “real”.

Los avances en el terreno de la realidad mediada -el uso de recursos informáticos para modificar nuestra percepción del entorno- se han multiplicado en los últimos años, gracias a la llegada al mercado de teléfonos inteligentes con capacidad de ejecutar aplicaciones que superponen información a imágenes del mundo real, lo que ha facilitado la implementación de servicios de realidad aumentada, realidad mixta y realidad virtual. Aunque la tecnología ya estaba disponible desde hace tiempo -recordemos que, ya en 1994 el MIT dio a conocer su WearCam, que ofrecía ayudas visuales y de memoria mediante el uso de una webcam y un ordenador portátil- ha sido la reducción en el tamaño de los ordenadores y el aumento en la potencia de los mismos lo que ha provocado la salida de esta tecnología de los laboratorios y su llegada a los usuarios en general. En cuanto al uso de equipos especiales, hace unas semanas hablábamos sobre un ejemplo de;; uso de realidad aumentada en el mundo editorial, pero es la integración con herramientas cotidianas -como los móviles- lo que más importancia está teniendo por su rápido calado en la sociedad.

Cada día aparecen nuevas posibilidades para usar nuestros teléfonos inteligentes, desde programas que nos permiten saber dónde estará el bar más cercano, hasta mapas estelares que cambian según la porción de cielo a la que apuntemos nuestro teléfono, pasando por multitud de aplicaciones que aglutinan diferentes redes sociales o nos invitan a ser el centro de nuestra propia red, dependiendo de dónde nos encontremos.

Cada vez más, el ser humano interactúa con realidades que “no son, pero están”. Por ejemplo, caminamos siguiendo rutas superpuestas a las calles que sólo existen en los dispositivos para llegar a una dirección física; algo que hacemos cada día con los navegadores GPS de nuestros coches pero que se está aplicando a multitud de circunstancias, como seguir las líneas de colores que aparecen en nuestras gafas de realidad aumentada cuando bajamos por una pista de esquí, mediante el EyeSki presentado en la Conferencia.

Estas innovaciones son algo más que un avance tecnológico, debido a la íntima relación humano-máquina que crea: aunque parezca un simple juego, el hecho de que no miremos directamente un objeto sino que mediemos nuestra percepción a través un dispositivo informático crea una fractura en la relación espacial entre el ser humano y lo que es capaz de percibir. El acceso a la información constante sobre el entorno del usuario diferencia las aplicaciones de realidad mediada de otras tecnologías como las mejoras ópticas -gafas, telescopios, microscopios- porque nos da más de lo que existe en ese lugar.

Estos “aumentos” plantean numerosas preguntas sobre el futuro del ser humano, la función del cuerpo en un mundo que avanza a la semi-virtualidad y las diferencias sociales creadas entre quienes pueden acceder a esta tecnología y quienes queden excluidos.


Fuente: http://tecnologia.org